Entender la esencia del ser argentino es algo muy difícil. No es una tarea
de una sola noche. Hace un tiempo atrás había un programa que buscaba el gen argentino. Encontrar qué es lo
que nos identifica es muy difícil, porque siempre es difícil hablar de uno
mismo. Es un camino largo, que baja y se pierde.
Decía Platón que hay una íntima relación entre la ciudad y el ciudadano de
esa ciudad. En la República, compara
la justicia del Estado con la justicia del alma. Aristóteles muestra también en
la Política la íntima relación entre
el ciudadano y su ciudad. Cada uno somos reflejo de nuestro país, y el país lo
construimos entre todos.
Atahualpa decía que el hombre es tierra que camina. Nuestro maestro Alberto
Baretta nos decía que al nacer, como que generamos un contrato con el primer
aire que respiramos y siempre necesitamos volver.
¿Qué es lo que nos identifica como argentinos?
El mate
El dulce de leche
El asado
Y todo lo que dice Bersuit...
Hay héroes argentinos: Super Hijitus, Patoruzú.
Grandes pensadores: Inodoro Pereyra, Mafalda, Diógenes, el linyera.
Para conocer la argentinidad desde dentro, podemos prestar atención a sus
mitos y leyendas. Que como vimos, no son pura fantasía, sino que tienen una
gran importancia.
El quirquincho
Había un quirquincho viejo en Jujuy, que tenía gran gusto por la música. Le
gustaba pasar horas escuchando cantar a las ranas. Pero las ranas lo
despreciaban porque el quirquincho no sabía cantar.
Un día pasó un hombre con una jaula de canarios. Las ranas se dijeron que
en realidad, los canarios no son más que ranas con plumas. Pero el quirquincho
las siguió. Y como el hombre caminaba muy rápido, no lo pudo alcanzar. Sí llegó
a la casa de un hechicero.
El quirquincho le pidió al hechicero poder cantar como las ranas y los
canarios. El hechicero le prometió que se lo iba a conceder a cambio de su
vida. El quirquincho aceptó. El hechicero le dijo: - desde mañana vas a cantar
mejor que los canarios y las ranas, pero esta noche me pagarás con tu vida.
El quirquincho aceptó, aún sabiendo que iba a cantar después de muerto.
Al día siguiente, el quirquincho apareció cantando, en manos del mago,
convertido en charango. Las ranas se morían de envidia cuando lo vieron, pero
no sabían que el quirquincho había entregado su vida por el arte.
La Telesita
Telésfora Castillo vivió en la región del Salado, en Santiago del Estero.
Una versión cuenta que era una joven de poca inteligencia que mendigaba y que
murió quemada al intentar calentarse junto al fogón.
Otra versión la presenta como una joven a la que sólo le gustaba bailar y
que se sintió atraída por la música de una caja. Al pasar cerca del fuego, una
chispa saltó y encendió su vestido.
Kakuy
Cuenta una de las leyendas que el dios Sol, disfrazado de joven apuesto
enamoró a Urutaú, una hermosa doncella. Luego de seducirla, se va a instalarse
en el firmamento. Desesperada en su dolor y abandono, Urutaú sube a un árbol
muy alto para mirarlo siempre y para llorar su ausencia.
Atajacaminos
Otra ave es el atajacaminos. Es un ave nocturna y de canto monótono que
sale a los caminantes a la tarde.
Se dice que a los que sacan los huevos de este animal, le sucede un
adormecimiento cataléptico.
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