σπερ γαρ τα των νυκτερδων μματα προς το φγγος χει το μεθ’ μραν, οτω και της μετρας ψυχης νους προς τα τ φσει φανερτατα πντων.

“Ciertamente, del mismo modo en que se encuentran los ojos del murciélago ante la luz del día, así se encuentra el entendimiento de nuestra alma ante las cosas más evidentes de todas por naturaleza.”

(Met. 993b 9-11)

jueves, 16 de octubre de 2014

Programa VII - 15/12/11 LA MUERTE I

Catálogo de los posibles destinos conforme a las distintas creencias:
Cada cultura se ha forjado la posibilidad de seguir viviendo más allá de la muerte. Y estas creencias se custodian en los mitos.
Dante
Dante viajó a través de los tres posibles destinos del hombre después de la muerte: el infierno, el purgatorio y el cielo. Todo por amor a una mujer: Beatriz. Pero no fue el único mortal que entró a los infiernos sin haber muerto. Ya mucho antes, el poeta Orfeo había encontrado la entrada al infierno y había ingresado sin haber muerto. También por amor a una mujer: Eurídice. Platón no lo quería mucho a Orfeo. Creía que era muy poco noble meterse vivo al infierno por su dama. Habría sido mejor haber muerto por ella...

Grecia
Plutón era el nombre que le dieron los romanos al dios Hades. Era hijo de Cronos y Rea, y hermano de Zeus y Poseidón. Después de haber derrocado al padre, los tres hermanos se repartieron el universo. A Hades le tocó el mundo subterráneo, el reino de los muertos. Ahí vive con Perséfone, su esposa.
Este mundo subterráneo, también llamado Hades, estaba dividido en dos regiones, Erebo, donde iban los muertos apenas morían; y el Tártaro, la región más profunda. El tártaro estaba custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas.
Los griegos en general creían que después de la muerte, el alma debía atravesar el rio Aqueronte. Un río lento, negro y profundo. La única manera de cruzar es en la barca de Caronte. Por cada viaje cobra un óbolo. Por eso los antiguos enterraban a sus muertos con una moneda en la boca. Otro río del infierno es el Leteo, el río del olvido.

Los seguidores de la religión órfica, una secta que seguía al poeta Orfeo, creían en la metempsícosis. Esto es la transmigración de las almas a través de los cuerpos, mejorando de vida conforme al comportamiento en la vida anterior. Es muy semejante a la creencia de los hindúes. El alma se va reencarnando hasta alcanzar el Nirvana, que es algo así como el abandono en la nada.

Thanatos es un espectro oscuro, una creatura escalofriante que suele aparecer como un joven serio, triste y melancólico, con grandes alas opacas y una antorcha encendida que usa de manera invertida sosteniéndola en su mano. Lo acompaña una sombría mariposa que nos recuerda que la belleza goza de una vida muy breve. También se adorna con una corona para demostrar su señorío sobre todo viviente. Posee dos grandes y oscuras alas y una espada afilada con la cual pone corte a la existencia. Es un dios a veces frío y distante; otras, acongojado y lloroso. Se ha limitado a ser sólo una sombra, una fuerza oculta en la oscuridad, opacado por el terrible Hades, el señor del Inframundo y de los muertos. Es hijo de Nix, la noche y hermano gemelo de Hipnos, el dios del sueño. Ambos hermanos deliberan, por las noches, quién se llevará a cada mortal. Hipnos, cuando se esconde el sol, trata de imitar a su hermano mayor, otorgando a los seres humanos la dulce embriaguez del sueño que nos interrumpe la consciencia, por unas horas, para que así descansemos del mundo que nos circunda, de nosotros mismos y de nuestros propios fantasmas, siempre que no sigan habitando nuestras pesadillas.

Egipto
Los egipcios creían que el ka es el alma que sobrevive a la muerte del hombre. Sale del cuerpo en el último suspiro. Esta parte del espíritu de los difuntos era llevado por Anubis         hasta el lugar del juicio. El corazón del muerto, símbolo de su moralidad, era pesado en una balanza junto con una pluma que representa el Maat, el concepto e verdad, armonía y orden universal. Si el resultado era favorable, el difunto era llevado ante Osiris. Si no, el corazón era devorado por Ammit, que impedía así su inmortalidad.
El difunto que era llevado ante Osiris, debía responder con las palabras aedcuadas, que estaban escritas en el libro de los muertos. Dice así:
No he mentido al tribunal. No he sido perezoso. No conozco la mala fe. No he cometido sacrilegio. No he usurpado a nadie su tierra. No he hecho llorar a nadie. No he matado. No he robado las bandas ni las provisiones de los muertos. No he cortado un canal. No he privado de su leche a los recién nacidos. ¡Soy puro! ¡Soy puro! ¡Soy puro!

El cristianismo católico no acepta el abandono en la nada del hinduísmo. Cuando se dice que el hombre es nada, es en comparación con Dios. El salmo 8 dice que contemplando el cielo y las estrellas, todo lo que existe en la creación, el hombre es nada, y sin embargo, fue creado un poco inferior a los ángeles. Para el catolicismo, hay tres posibilidades después de la muerte. Un estado temporal de purificación, que es el purgatorio. El infierno para quienes no aceptaron a Dios, y el Cielo, para quienes buscaron a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario